¿Qué hacer mientras esperas?
Esperar es algo que, aunque no queremos hacer, la vida nos obliga a hacerlo. Así que quédate para aprender qué puedes ir haciendo mientras esperas.
Has notado que cuando pones algo en el microondas y te quedas esperando a que pasen los minutos, la espera se siente eterna? Pero si, en cambio, mientras marcas el tiempo te pones a hacer otra cosa—barrer, organizar, sacar la basura—el tiempo pasa volando, y cuando suena la alarma del microondas te sorprendes pensando: “¿Tan rápido?”
Algo similar sucede en la vida. Cuando nos enfocamos demasiado en eso que queremos con urgencia, la espera se hace interminable. Pero si, en lugar de obsesionarnos con el tiempo, aprovechamos el proceso para hacer otras cosas importantes, la espera se vuelve más ligera. Todo en la vida es un proceso, y hasta el esperar forma parte de él. Pero hay que aprender a esperar activamente. No te quedas simplemente mirando el microondas hasta que termine, sino que sigues con otras tareas sin perder de vista lo que esperas.
Me veo linda dando este consejo como si fuera para alguien más, pero en realidad es para mí. Melissa, no te quedes sentada esperando con la mente atrapada en “eso”. Cree en las promesas de Dios, enfócate en las cosas del Reino y confía en el proceso.
Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.
Mateo 6:33 (NTV)
Este 2025 me pondré al servicio de Dios y llevaré una vida justa, y Él, mi Padre que me ama, me dará todo lo que necesito. No lo que yo quiero, lo que necesito.
No con mucho orgullo, pero sí con gratitud, puedo decir que agradezco las cosas que Dios no me dio. Porque, aunque en su momento dolió y lloré, me salvó de muchas situaciones que pudieron haber terminado mal. Es como si me hubiera lanzado al precipicio y estuviera a punto de estrellarme contra el suelo, quedando gravemente herida, pero Dios tenía una red cuidando de mí, y salí sana y salva de algo que, sin duda, habría sido una tragedia.
Quiero tantas cosas que, según yo, podrían llevarme a experimentar nuevos niveles de agradecimiento, felicidad y placer. Tal vez tú también estás esperando algo y te preguntas qué hacer mientras tanto. Igual que yo, te cuestionas: ¿qué puedo hacer en este tiempo de espera? Hay muchas cosas que no están en tu control ni en el mío, pero quedarnos de brazos cruzados viendo el reloj del microondas hacer su cuenta regresiva no es la mejor opción, porque el tiempo se hará eterno. En cambio, he pensado en algunas alternativas que podrían ayudarnos, y quiero compartirlas contigo.
Agradece lo que tienes ahora. Si no sabes ser feliz con lo que ya posees, nada más te hará verdaderamente feliz. Un corazón que nunca ha experimentado gratitud no la descubrirá mágicamente solo porque recibe más. Las cosas que se añaden a nuestra vida solo amplifican lo que ya existe en nuestro interior. Si hay amor, habrá más amor; si hay gratitud, crecerá la gratitud; si hay felicidad, se multiplicará la felicidad. Pero si hay ingratitud, tacañería, envidia o miseria, eso también se expandirá.
Estrecha tu relación con tu Padre Celestial. Aunque parezca cliché, Él es la respuesta a casi todos nuestros dolores de cabeza, la depresión y la ansiedad. Conocer su voluntad para ti aclara las dudas en tu camino, al saber que sus planes son buenos. No es un Dios que está allá arriba viéndote desde lejos; Él está cerca, listo para abrazarte y darte todo su amor. Búscalo, y verás cómo la paz se vuelve natural en tu día a día.
No te pongas tan creativa. Sé lo creativa que podemos ser para imaginarnos escenarios en nuestra cabeza que probablemente nunca sucedan. Lo que podemos hacer mientras esperamos estar presentes. Algo que me repito constantemente es: no voy a solucionar problemas que aún no han pasado, porque es muy probable que ni siquiera sucedan. Y al final, solo me estresaría por algo que nunca ocurrió. Fui al dentista a hacerme una placa para extraerme los cordales y descubrimos que tenía una muela acostada sobre otra. El doctor dijo que debíamos hacer un estudio más profundo para asegurarnos de que esa muela no hubiera afectado la otra. De ser así, el procedimiento sería diferente y más complejo. Me gustó que él dijera: Pero no nos preocupemos por eso, esperemos los resultados. Resultados que tardaron dos días. Durante ese tiempo, pude haber esperado ansiosa, preocupada y haciéndome una película en mi cabeza sobre todo lo que tendría que hacer si la muela estaba afectada... o simplemente estar tranquila y neutra, esperando el momento. No soluciones problemas que aún no existen. Si, todo salió bien.
Enfócate en las cosas que sí puedes controlar. Hay cosas que sí puedes hacer, como mantener la disciplina, practicar el agradecimiento, educarte, elegir pensar positivamente y gestionar tus emociones. La espera puede ser divertida si ves todo el proceso como un escalón más para estar donde quieres estar. Pregúntate frecuentemente: ¿qué puedo hacer para mejorar?
Cuida tu bienestar general, la salud de tu mente y de tu cuerpo. Este es un aspecto al que normalmente no le damos tanta importancia, pero nada de lo que adquiramos podremos disfrutar si no tenemos las condiciones físicas ni mentales para hacerlo. Adquiere habilidades de inteligencia emocional como comunicarte asertivamente, desarrollar habilidades sociales, controlar tus emociones, fortalecer tu resiliencia, etc. También vuélvete tu versión más enérgica y saludable haciendo ejercicio y mejorando tu aspecto físico lo más que puedas. Lo bien que te ves es resultado de lo mucho que te quieres y te estás cuidando.
Dedícale tiempo a tus pasiones o descubre una pasión. Te reto a que encuentres algo que amas en tu vida actual, tal y como está.
Hay mucho que puedes hacer mientras esperas. Aunque durante la espera es normal nublarse, la emoción de tener algo que anhelas se convierte en incertidumbre y ansiedad cuando dejamos que nuestros pensamientos nos desenfoquen. Pero recuerda que si te enfocas en las cosas de Dios y llevas una vida justa, todo lo demás será añadido.
¿Qué vas a hacer tú mientras esperas?
Gracias por tomarte el tiempo de leerme. Si este escrito resonó contigo y te gustaría apoyar mi trabajo:
Tu gesto, grande o pequeño, siempre será bien recibido y valorado.